'La mente nos lleva a la hecatombe' [Periódico El Sol]

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No es la mente la que nos lleva a la felicidad. Definitivamente no, pues esta nos lleva al fracaso y nos conduce por los vericuetos ajenos al ser. Los seres prodigiosos no usan la mente realmente, se dejan conducir por la “no mente” que es donde está la sabiduría plena. La mente es llamada: Maia o la ilusión.
La mente es donde anidan y se producen la ilusión, el engaño, los prejuicios, los celos, el rencor, el dolor, la envidia, los crímenes, la acumulación de pensamientos ajenos, los sectarismos políticos, religiosos, la lujuria, la incertidumbre, la duda, el miedo, la parálisis, los chismes, las maledicencias, en fin las acciones y los sentimientos negativos que no nos dejan ser.
Somos todo lo que hemos aprendido y no somos nosotros mismos. Todo por la mente. Pues la mente edifica y derrumba de una manera brutal. La mente nos hace que no aceptemos a las personas o que las rechacemos porque sí.
La mente maneja el banco de la ambición y del delito, maneja los recuerdos, el ayer que de nada nos sirve y el mañana que no ha llegado. Le imprime la vejez, el dolor, las arrugas, la capacidad de perder la memoria obstruyendo la verdad en el cuerpo.
La mente es la que da la orden de autoeliminación, la que hace creer al ser humano que no vale nada y que debe suspender su vida en la tierra y llevarlo o al suicidio o a la provocación de una enfermedad Terminal y da la orden terminante de cesación de la vida.
Estamos en las manos inmisericordes de la mente porque no conocemos nuestro ser. Hemos sido educados del ojo hacia fuera.
No aprendimos a respirar en consonancia con el universo, ni a permitir la iluminación en nuestro interior ni a dejar que las leyes de la creación obren en nosotros. Vivimos a la Ley del Chivo, es decir a la ley de la imagen, por eso la sociedad está cada día mas loca, pues en la mente habita lo que los maestros llaman “La Loca”, la irreal, la juguetona, la engañosa, la mentirosa, la que alimentada y multiplicada por los medios de comunicación y los periodistas educados por el sistema de la mente, hacen que la sociedad se vea cada día más derrumbada y la tierra vaya al inexorable sino fatal de la hecatombe.
La mente nunca hará al hombre responsable, pues ella en si misma genera la irresponsabilidad, pues ella es literalmente un mecanismo de supervivencia y no de convivencia. Por ello los iniciados egipcios dejaron claro que “la sabiduría no está en la mente sino en el corazón”, es decir en la “no mente”.
La sociedad de hoy carece de comprensión, de misericordia, de fraternidad, de perdón real, de buenos sentimientos, pues está bajo el poder de la mente, la que acumula la pensadora y la dispara.
Se gobierna con la mente, se administra con la mente, se tienen relaciones a base de mente, se vive a la velocidad de la mente y bajo el influjo de las necesidades que crea la mente, cuando la no mente nos indica que no se necesitan tantas cosas superfluas para vivir, más cuando vemos que más de 800 millones de habitantes de la tierra están en la miseria y un alto porcentaje de ellos se mueren de hambre cada año, después de infinitos sufrimientos.

A la tierra y al hombre los salvará la no mente si empezamos a usarla.

La mente nos está llevando a la hecatombe, al holocausto, al “crujir de dientes y de huesos”, a las guerras, a inventar cada día armas más letales y a generar mayores conflictos a todos los niveles y a no tener conciencia de nuestro entorno, que estamos acabando sellando nuestro pacto con la destrucción total. Necesitamos recuperar nuestro ser y volver al sentir donde está la verdadera sabiduría, para no sucumbir en el Apocalipsis a que nos tiene destinados la terrible mente.

Por Luis Roncallo - Periódico El Sol -

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